domingo, 26 de octubre de 2014

Despedidas.

Pasa el tiempo y vivo en una incertidumbre. ¿Qué te pasa? ¿Qué sucede? ¿Estará así por mí? Soy la típica que ella sola se despierta ilusiones, o que prefiere pensar que todo va bien, cuando en realidad no soy la espera de recibir un mensaje y que aparezca mi nombre.
Lo que mejor se me da en el mundo, aparte de siempre estropearlo todo, digo, es darte todo lo que te puedo ofrecer. Tal vez no lo veas porque es todo abstracto, son las cosas que no se ven a primera vista, que hay que querer conocer. Pero tú no quieres conocer.

No me preguntéis el porqué me quedo siempre a mitad de camino, a un paso de la victoria, pero que siempre en la recta final, me caigo. O me empujan, ya no lo sé bien.
Creo que esta es una de las decisiones más difíciles que hoy en día puedo tomar, la de renunciar a ti.
Te juro que yo no quiero hacerlo, pero esto me mata. Es cierto que creo que morir de amor es la forma más valiente de morir. Pero yo, hoy, no muero de amor; muero de golpes, de hostias, de caídas esperando que tú me quieras. Y morir de dolor, no me parece una buena manera de morir.

¿Cómo estás? ¿Cómo estarías tú si tuvieras que renunciar a la persona que estás loca e irremediablemente enamorada? Porque ya se te han acabado las fuerzas, tus armas, cuando ya no te queda ni autoestima, cuando... solo te quedan dos piernas y no son para avanzar, sino que simplemente te mantienen en pie.
¿Cómo te mantendrías tú cuando sin decírtelo, te das cuenta que no quiere tus besos, ni tu compañía, ni que aparezcas en sus sueños porque el puesto que quieres ocupar le pertenece a otra, que estás completamente segura que todo el amor que sientes, ella nunca llegará a tenerlo por él. Pero te ha vuelto a ganar. Y no hay más vuelta que dar. Si prefiere besar unos labios carnosos a unos labios sinceros, no puedo hacer nada.

Si lucho, no paro de hacerme daño, y he seguido luchando durante años, y al final, corazón y razón dicen: Basta.
Si me rindo supongo que no tengo derecho de reprochar nada.
Entonces, por favor, ¿alguien sabe qué es lo correcto? ¿alguien tiene idea qué hacer o qué seguir haciendo para que apueste por mí? Porque el corazón se cansa de que le duela la misma herida.

Me voy a olvidar de ti. Para siempre, supongo. Voy a intentar que no hayan más poemas que camuflen tu nombre, que tu nombre suene como cualquier otro y ya no duela, enamorarme de otra sonrisa y que haya canción más bonita que tu voz. El dejar de temblar cuando estés a escasos metros y no preocuparme si ya me has visto con esta prenda porque no tenga la necesidad de impresionarte.

Eres mi primer amor, verdadero, mi más bonita inspiración, musa, verso y poema, porque anda que no se puede crear poesía, metáforas tan solo con tu sonrisa. Pero también eres despedida, mi despedida; y ojalá después de varias primaveras, verte y poder decir: Sí, fue mi amor el que me enseñó que también se puede vivir... sin ti.
Pero hoy solo me dedicaré a sacarte de mi mente, de mis sueños y del corazón, para transladarte a la caja de recuerdos, para recordarte, sin que duela, que fuiste lo más maravilloso que esta mirada, enamorada, ha podido conocer.

No hay comentarios:

Publicar un comentario