Pasa el tiempo y vivo en una incertidumbre. ¿Qué te pasa? ¿Qué sucede? ¿Estará así por mí? Soy la típica que ella sola se despierta ilusiones, o que prefiere pensar que todo va bien, cuando en realidad no soy la espera de recibir un mensaje y que aparezca mi nombre. Lo que mejor se me da en el mundo, aparte de siempre estropearlo todo, digo, es darte todo lo que te puedo ofrecer. Tal vez no lo veas porque es todo abstracto, son las cosas que no se ven a primera vista, que hay que querer conocer. Pero tú no quieres conocer. No me preguntéis el porqué me quedo siempre a mitad de camino, a un paso de la victoria, pero que siempre en la recta final, me caigo. O me empujan, ya no lo sé bien. Creo que esta es una de las decisiones más difíciles que hoy en día puedo tomar, la de renunciar a ti. Te juro que yo no quiero hacerlo, pero esto me mata. Es cierto que creo que morir de amor es la forma más valiente de morir. Pero yo, hoy, no muero de amor; muero de golpes, de hostias, de caídas esperando que tú me quieras. Y morir de dolor, no me parece una buena manera de morir. ¿Cómo estás? ¿Cómo estarías tú si tuvieras que renunciar a la persona que estás loca e irremediablemente enamorada? Porque ya se te han acabado las fuerzas, tus armas, cuando ya no te queda ni autoestima, cuando... solo te quedan dos piernas y no son para avanzar, sino que simplemente te mantienen en pie. ¿Cómo te mantendrías tú cuando sin decírtelo, te das cuenta que no quiere tus besos, ni tu compañía, ni que aparezcas en sus sueños porque el puesto que quieres ocupar le pertenece a otra, que estás completamente segura que todo el amor que sientes, ella nunca llegará a tenerlo por él. Pero te ha vuelto a ganar. Y no hay más vuelta que dar. Si prefiere besar unos labios carnosos a unos labios sinceros, no puedo hacer nada. Si lucho, no paro de hacerme daño, y he seguido luchando durante años, y al final, corazón y razón dicen: Basta. Si me rindo supongo que no tengo derecho de reprochar nada. Entonces, por favor, ¿alguien sabe qué es lo correcto? ¿alguien tiene idea qué hacer o qué seguir haciendo para que apueste por mí? Porque el corazón se cansa de que le duela la misma herida. Me voy a olvidar de ti. Para siempre, supongo. Voy a intentar que no hayan más poemas que camuflen tu nombre, que tu nombre suene como cualquier otro y ya no duela, enamorarme de otra sonrisa y que haya canción más bonita que tu voz. El dejar de temblar cuando estés a escasos metros y no preocuparme si ya me has visto con esta prenda porque no tenga la necesidad de impresionarte. Eres mi primer amor, verdadero, mi más bonita inspiración, musa, verso y poema, porque anda que no se puede crear poesía, metáforas tan solo con tu sonrisa. Pero también eres despedida, mi despedida; y ojalá después de varias primaveras, verte y poder decir: Sí, fue mi amor el que me enseñó que también se puede vivir... sin ti. Pero hoy solo me dedicaré a sacarte de mi mente, de mis sueños y del corazón, para transladarte a la caja de recuerdos, para recordarte, sin que duela, que fuiste lo más maravilloso que esta mirada, enamorada, ha podido conocer.
Hoy vengo a decirte lo que esta cobarde ha estado ocultando desde la primera vez que mi mirada coincidió con tu sonrisa. Que ya no lo puedo esconder más, que desde aquel momento has sido siempre tú. Yo no creía en primeros amores ni en flechazos del señor Cupido, pero no crees hasta que te sucede, hasta que quedas tan jodido porque se ha clavado más de la cuenta. Y ese dolor no es comparable al de cuando eras pequeño, y te caías raspándote las rodillas. Ese dolor te persigue porque no cura, sino aumenta. Crece porque tú no eres consciente lo bonitas que son las palabras cuando vienen de ti, ni el sentido que le das a un lunes a las siete de la mañana por ser el causante de las ojeras producidas de la noche anterior, haciéndome feliz hasta altas horas de la madrugada, hasta que uno de los dos, (siempre yo) se queda dormido. Pero lo mejor de quedarse dormido es ver que al día siguiente tengo tu mensaje riéndote, otra vez, que me has vuelto a ganar. No creo que después de años, de personas, del tiempo que no espera, todavía, aún, después de todo aquello sigas siendo tú; y que nunca has dejado de ser tú. Sé que soy un desastre que parece que viva como un terremoto constante, que nunca hay mar en calma, pero, ¿y si te digo que tú eres esa paz por la que cuando me ven sonriendo no tenga que explicar el por qué, porque ya conocen la respuesta? Porque desde aquel día nunca has dejado de ser esa respuesta. Dicen que el primer amor no tiene que ser la primera persona que has besado ni por la primera que hayan despertado esas mariposas; es aquella que a pesar de los años, o del tiempo, o de las circunstancias, será quien consiga que sístole y diástole se pongan de acuerdo. Siempre supe que ibas a ser alguien importante, pero este no era el plan, el trato no era quererte más a ti que a mí misma. Porque se nota tu presencia, pero aun no me acostumbro a tu ausencia, y tampoco quiero acostumbrarme. Ningún cuerdo podría resistirse a la forma que dices que todo va a ir bien, pero que joder, que nada puede ir bien si no estás. Lo de verte y no poder decirte que el mundo sería un poco mejor si me hicieras caso. He aprendido a esperar, porque no importa lo mucho que esperes si la recompensa es mayor, y yo por ti esperaría durante mil años más. Te recuerdo que eres Madrid, porque Madrid sin ti solo son calles; que tu voz es mi melodía favorita y que me encantas, me encantas hasta cuando tus ojos me miran enfadados. Estuvimos a nada de serlo todo, y espero que aún estemos a nada de comernos a besos. Me comprometo a cuidarte, a darte las buenas noches y que nunca estés triste, porque no hay nada más triste que verlo en tus ojos. Y pues que te quiero, que estoy o que sigo enamorada de ti... como el primer día.
Eso que suena en todas las canciones que el momento perfecto para pensar en ti es en cada madrugada, es un mito que se hace realidad, es verdad que las sábanas han sido testigos de todas las lágrimas derramadas desde aquel adiós que no iba disfrazado de un hasta luego. Aprendí cada verso de aquel poema tan famoso de Neruda, porque yo también en noches como esta te tuve entre mis brazos. Aprendí a diferenciar el tono de voz de un: 'tranquilo, que no pasa nada...' a un '¡no pasa nada, tranquilo!' y me acostumbré a que no me afectara cada domingo, sobretodo de invierno, y poder decirles a todos los protagonistas suicidas que mueren de amor, que son idiotas por creer en aquello. Ya no envidio sus vidas llenas de cursiladas y palabras bonitas, porque todos vemos el final donde se dan ese beso, pero ninguno sabe qué es lo que pasa después. Me da igual eso de mirarme al espejo y que ya no haya nadie que me diga lo guapa que estoy aunque lleve el vestido más feo de todo el centro comercial, o eso de bajar las escaleras del portal y que no haya nadie. Yo también puedo decirme a mí misma que voy a tener un bonito día y que sonría, porque me lo merezco, como la sensación de escuchar una canción y quedarte con su música, porque la letra ya no se convierte en un alguien. Puedo parecer una hipócrita, mentirosa, borde e incluso fría y mentiría si dijera que en todo este tiempo no te eché de menos, que claro que yo también quiero una historia con todo lo dicho antes y que siguieras protagonizando cada página de mi diario, porque desde que te fuiste no he vuelto a escribir, y eso también supone no comenzar de cero. No dudes que cada vez que llueve desearía tenerte abrazado a mí. Como las llamadas inesperadas, o las visitas sorpresas. El: 'estás realmente preciosa' y las noches con tu camiseta a modo de pijama. Y que no quepa duda que te eche en falta porque te quise, y te quiero, pero ya me he acostumbrado a estar sin ti, y la verdad, no me va del todo mal.