Las cosas cambian. De hecho ya han cambiado. Así, de repente, el universo te quita lo que un día te puso en tu camino. Ha sido un cambio, un giro de 180 grados. Nada es como era antes y nada volverá a ser igual. Otra vez el mismo daño, las mismas palabras, y la misma mala forma de actuar.
Ya cansa ser siempre la persona que da todo de sí misma ¿para qué? Para después no recibir ni la mitad. Ya estoy por pensar si se debe continuar siendo así de bueno o empezar a cambiar y ser un hijo de puta. Cada vez tengo más claro que no importándote nada y haciendo lo que te da la gana, siempre, o por lo menos en un 90% de las situaciones acabarás ganando. Que ya no sirve ser siempre el pobre tonto siguiendo una ley o siguiendo unas creencias o simplemente principios, no, eso ya no vale si lo que quieres es recibir una recompensa. Si nos paramos a pensar, es una extrema idea llegar a pensar que cuantas más cosas malas hagas, mejor se portará la vida contigo, pero si siendo honesto te sigue dando de hostias, díganme, ¿cuál es la solución?
No hay comentarios:
Publicar un comentario